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Las miniguías de Albert. Papúa Nueva Guinea II
28 de Septiembre de 2007

Publicado por Albert en Oceanía , trackback

Viene de Las miniguías de Albert. Papúa Nueva Guinea I

El Sing Sing es un festival cultural en el que se reúnen unos 100 grupos distintos. A primera hora de la mañana se puede ver como se van decorando y pintando los cuerpos, poniendo sus tocados de plumas… Es un ritual interesante. Los Sing Sing de las tierras altas es una de las cosas que realmente hay que ver en el mundo, aunque es cierto que ha perdido el sentido aventurero. Este año, por ejemplo, estaba patrocinado por una empresa de refrescos de cola y francamente perdía parte del encanto y de la aventura, pero ver a centenares de personas de las tribus del país con sus mejores ornamentos, cantando y bailando sus danzas tradicionales, era y es un gran espectáculo.

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© 2007 Albert Ferré 

Quisimos vivir dos días con la gente de las montañas, en el valle de Wahgia a dos horas de Mt. Hagen en coche (4×4). Nos dirigimos al pueblo de Nondugl y desde allí ascendimos a pie hasta llegar a la que tendría que ser nuestra casa (Wahgi Guest House). La gente nos atendió con una gran hospitalidad y nos hicieron participar en sus actividades, fiestas y paseos por la montaña. Una experiencia que hay que tener, pero no esperéis diez años que a lo mejor os encontráis un hotel con piscina. En las tierras altas el cerdo es la moneda de pago. Cuantas más unidades de este animal se tengan mayor poder económico tiene una familia. Estas transacciones llegan a su punto culminante con motivo de las bodas.

En esta zona se cosechan vegetales, la patata dulce (sweet potato), y el famoso café de Papúa Nueva Guinea. Regresamos a Mt. Hagen para tomar una avioneta que nos tenia que llevar en 45 minutos a Timbunke en el río Sepik. Empezaban unos días de navegación por este caudaloso río de más de 1.200 km. de longitud visitando los diferentes poblados (tributarios) que se encuentran a lo largo de sus orillas.

En el Sepik el cocodrilo está muy presente y todas las canoas llevan una cabeza de cocodrilo esculpida en la parte delantera (proa). Hay muchas representaciones en figuras, aunque en directo, nosotros solamente divisamos uno pequeño. Este río es considerado por los nativos el alma de Papúa. No obstante, la gente que vive a lo largo en su rivera depende en gran manera de él como vía comercial.

El clima es bastante duro por la humedad y las elevadas temperaturas, además de los molestos mosquitos. Hay que tomar muchos líquidos y evitar al máximo las exposiciones continuadas al sol. La gente vive de la pesca y del sago, una pasta que sacan del tronco de una palmera que después de triturarla la convierten en su pan. También es muy típico un tipo de sopa espesa que sirve para acompañar el pescado.

Son famosos en todo el mundo los trabajos en madera (máscaras, figuras, totem, etc.) que realizan sus artesanos. En el centro de los poblados se encuentra la Casas de los Espíritus (Haus Tambaran), construcciones en la que se reúnen únicamente los hombres del poblado, dónde se realizan los ritos de iniciación y las ceremonias religiosas.

9.jpg  7.jpg  10.jpg © 2007 Albert Ferré

Papua Nueva Guinea

Seguimos nuestra navegación por el lago Chambri y finalmente llegamos al río Karawari que tiene una exuberante vegetación. Desde aquí tomamos una avioneta hasta el valle de Tari (Tierras altas del sur) donde habita la tribu de los Huli que fueron de los últimos grupos descubiertos (1934). El valle de Tari tiene una frondosa vegetación de bosques tropicales, orquideas de mil colores, espectaculares saltos de agua, la posibilidad de ver en su hábitat el ave del paraíso y la oportunidad de conocer las costumbres de los guerreros Huli. Destacan sus cuidadas y espectaculares pelucas hechas con su propio pelo, el color amarillo y rojo ocre con los que pintan sus caras, la decoración de sus cuerpos con conchas (kina), cinturones y el bilum, un cesto hecho de fibras naturales que toda la gente de Papúa utiliza. Las mujeres también lo utilizan para cubrir sus cuerpos.

Desde Tari volamos a Port Moresby dónde visitamos el Parlamento. Interesante la colección de mariposas que hay en la planta baja. Ese fue nuestro últim día. Al día siguiente tomamos un avión con destino a Brisbane, Singapur y finalmente Barcelona.

Para los que deseen estar una semana más pueden visitar la zona costera de Alotau (Millne Bay) y Lae, o las islas de Nueva Bretaña y Nueva Irlanda en dónde se pueden practicar deportes acuáticos, surf y ver coloridos festivales. Los afortunados que tengan más tiempo pueden seguir viaje por las islas Solomón o pasar unos días de relax en Cairns (Australia) para disfrutar de la barrera de coral. A quién le guste la naturaleza es un viaje que no debe perderse. Es también un paraíso para los amantes a la fotografía, son todos colores intensos. Además, la gente se deja fotografiar y en los festivales no hay que pagar para poder hacer fotos. Antes de realizar el viaje, hay que tomar medidas sanitarias ya que es una zona de malaria, especialmente en el río Sepik.

Tener cuidado al regreso si debéis hacer escala en Australia. La aduana es muy estricta (rellenar correctamente la hoja de declaración de lo que lleváis). Si en el equipaje llevas calzado con algo de barro, has comprado alguna máscara o figura que pueda llevar algún insecto, etc… con toda probabilidad quedará en cuarentena hasta que embarques en un vuelo de salida del país. A nosotros nos ocurrió y aunque fue toda una desagradable epopeya ya que te sientes un infectado, finalmente lo pudimos recuperar todo.

1.jpg   12.jpg © 2007 Albert Ferré

Viaje realizado en Agosto 2007.

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