Las miniguías de Albert. Sri Lanka II 7 de Marzo de 2008
Publicado por Albert en Asia , trackbackViene de Las miniguías de Albert. Sri Lanka I
Después de visitar las ciudades históricas, nos dirigimos a Kandy. Se trata de una ciudad de unos 120.000 habitantes y está a una altitud de 500 metros. Fue capital de los reyes cingaleses desde que el rey Wickramabahu se instaló en 1.357 hasta que en 1.815 pasó a manos británicas. Las invasiones portuguesa y holandesa de los siglos XVII y XVIII fueron rechazadas y Kandy consiguió ser independiente hasta la dominación británica.
Toda ella está rodeada por colinas y en medio de la ciudad hay un gran lago artificial (Kandy lake). Pasear por sus calles es todo un placer, en especial sus coloristas mercados en los que abunda la fruta tropical y las tiendas que confeccionan espléndidos batik. También es uno de los centros de peregrinación más importantes para los budistas y punto neurálgico del nacionalismo para los habitantes de Sri Lanka.
El Sri Dalada Maligawa (Templo del Diente de Buda) está ubicado en el complejo del antiguo Palacio Real de Kandy y es una estructura de color rosado rodeada de un foso. La torre octogonal fue construida por el último rey Sri Wickrama Rajasinha. Lamentablemente, en 1998 una bomba colocada por los independentistas del “Liberation Tigers of Tamil Eelam” destruyó parte del recinto. En su interior se guarda, dentro de un pequeño cofre de oro con forma de stupa, la reliquia del diente de Buda.
La fachada neoclásica del Tribunal y el Salón de las Audiencias con sus 65 columnas de madera, son otros de los edificios que no hay que perderse dentro del recinto del antiguo Palacio.
El templo hindú Natha Dewale es el más antiguo de Kandy y el Patín Devale está dedicado a la diosa de la fertilidad. En los alrededores de Kandy se puede visitar el Jardín Botánico de Peradeniya que fue construido por los reyes sinhaleses y ampliados durante el periodo británico. A 38 kilómetros de Kandy se encuentra el orfanato de elefantes de Pinnawela un lugar para ver el trabajo de los cuidadores. En Embekke se encuentra el Kataragama Devale, un templo del siglo XV con unos magníficos pilares de madera esculpida.
Después de pasar unos días inolvidables en Kandy seguimos ruta hacia Nuwara Eliya, situada a 1.889 metros de altitud, cuna del famoso té de Ceylan. Es un buen lugar para pasar un par de días de relax o hacer caminatas, ya que el clima es de montaña y es de agradecer cuando vienes de zonas muy asfixiantes por el calor. Hay que visitar las plantaciones de té para ver su recolección y luego conocer el proceso hasta llegar a la “bolsita”. Se puede hacer una excursión al Parque Nacional de Horton Plains, hay que ver el espectacular acantilado World’s End de unos 880 metros.
Desde Nanu Oya tomaremos un tren hasta Ella, otro buen lugar para realizar caminatas y contemplar un paisaje espectacular con altas montañas, plantaciones de té, cascadas, etc. A la mañana siguiente y, de ruta hacia la costa, se puede visitar el Parque Nacional de Yala, un lugar con gran cantidad de fauna salvaje (elefantes, búfalos, cocodrilos, aves, antílopes o leopardos…)
Desde este punto seguimos por la costa hasta llegar a Galle, en esta zona de Sri Lanka es posible ver a los pescadores encaramos en unos palos dentro del mar, una forma muy curiosa de pescar.
Galle aún tiene aire colonial. En el siglo XVII los holandeses construyeron un Fuerte allí. En 1984 era un lugar paradisíaco, sus playas vírgenes, y su gente muy hospitalaria. Llevábamos un regalo para entregar a una niña, ya que unos amigos nuestros habían visitado la zona el año anterior. Al llegar, nos encontramos su cabaña en la playa en medio de cocoteros. El lugar era increíble y su familia nos invitó a té. Desgraciadamente, la “invasión” turística y el tsunami que la asoló han cambiado drásticamente este lugar. Seguro que la entereza de sus gentes hará que pronto vuelva a ser lo que era.
Seguimos nuestra ruta por la costa visitando sus playas (Bentota, Beruwela) hasta llegar a Colombo, punto final de nuestro viaje.
Viaje realizado en julio-agosto 1984
Comentarios »
No hay comentarios todavía. Sé el primero