jump to navigation

Las miniguías de Albert. Etiopía II
14 de Febrero de 2007

Publicado por Albert en África , trackback

Retratos de Etiopía

Viene de… Las miniguías de Albert. Etiopía I

El sur de Etiopía es otro mundo si lo comparamos con la zona norte o ruta de las ciudades históricas.

Ir al sur para un occidental es como vivir la experiencia de los aventureros y aventureras intrépidos de principios del siglo XX en sus viajes por África. Lamentablemente, la presencia continuada de turismo está haciendo perder el encanto que con toda seguridad tenía este lugar remoto del planeta.

Todo empieza con la preparación de la expedición. Aunque se puede volar desde Adís Abeba hasta Jinka o Arba Minch, lo habitual es realizar la ruta por carretera y llevar consigo todo lo preciso para los días que vas a estar por la zona del rio Omo y del parque nacional Mago (tienda de campaña, saco y colchoneta para dormir, mesa y sillas, todos los útiles de cocina, agua, y una gran despensa). Si viajas por tu cuenta, es recomendable contratar el servicio a una empresa especializada local, como por ejemplo Dinknesh Ethiopia Tour. Es mucho mejor ir de camping que a los “hoteles” que puedes encontrar en alguna población.

Etiopía y su genteRecuerdo el día que a la puerta del hotel Sheraton de Adís Abeba vino a recogernos un todoterreno repleto de utensilios, comida y las tres personas que nos acompañaban. Se trataba de un joven conductor que ya conocíamos de su pericia y experiencia porque nos acompañó en el norte de Etiopía, una joven guía que era la primera vez que visitaba el sur y Masi, una joven cocinera, todo nervio e imaginación, que si tuviera un restaurante en una de nuestras ciudades siempre estaría lleno.

La puerta de entrada al sur es Arba Minch, que se encuentra entre los lagos Abaya y Chamo y es el último lugar para comprar alimentos para el viaje. Recuerda proveerte de billetes de 1 birr para pagar todas las fotos que quieras hacer en las tribus.

Al norte de Arba Minch, en las montañas Guge, habitan los Dorze y los Chencha. Son granjeros, cosechan el algodón y sus casas están hechas con cañas de bambú. Destaca la alegría en que te reciben en especial los niños.

A la mañana siguiente nos adentramos hacía Konso, la puerta de entrada al valle del Omo, un buen sitio para tomar un refresco y descansar bajo un árbol del largo viaje.

Antes de llegar a Jinka nos encontramos con la tribu de los Banna que son agricultores y los Ari que son recolectores de miel. Jinka es una pequeña población con una pista de aterrizaje en medio de la calle principal. Cada sábado se celebra un colorista mercado en el que se pueden observar algunas del las etnias del Omo con sus cuerpos decorados. A la mañana siguiente nos adentramos hacia el parque nacional Mago. Aquí la pericia del conductor es un factor importante para disfrutar del viaje y las condiciones atmosféricas es algo a tener en cuenta ya que en la temporada de lluvias muchos de estos caminos son impracticables. A primera hora de la tarde instalamos el campamento. En estas zonas de camping no vas a encontrar nada, ni agua, dependes de todo lo que te has traído en el vehículo.

Nos levantamos temprano y después del desayuno que nos prepara Masi, salimos para visitar a los Mursi acompañados por un policía armado del parque nacional. Después de un par de horas llegamos a un poblado, y antes de descender del vehículo nuestro conductor negocia con el jefe de la tribu y a los pocos minutos nos dan el visto bueno. Ahora empieza la locura por la foto, todos quieren que les hagas una para pedirte un birr y si es con niño dos. Los Mursi tienen la fama de problemáticos y violentos, aunque nosotros no tuvimos ningún problema. Ellos utilizan esta fama para presionar al turista.

Las mujeres Mursi se distinguen por el plato de cerámica decorada que llevan en el labio inferior de la boca y los hombres destacan por su costumbre de tartuarse con dibujos geométricos de color blanco sus cuerpos, habitualmente desnudos. Viven de la ganadería, la agricultura, y en especial del turismo.

A nuestro regreso al campamento, nos encontramos que nuestra cocinera ha preparado una suculenta cena. A la mañana siguiente, desmontamos el campamento y seguimos viaje hacía Murelle. Antes de llegar nos encontramos con los Karo que son considerados los maestros en la decoración de su cuerpo. Los Karo utilizan todo tipo de utensilios para crear sus joyas, hasta los capuchones de los bolígrafos Bic.

Retratos de EtiopíaAlgo más al sur, en Omorate, encontramos las de tribus Galeb y Dhasanech. Llegamos a Turmi, que es la capital de los Hamer y en este rincón inhóspito de África conseguimos llamar por teléfono a España. El camping es solamente una explanada con árboles y con unos barracones para las cocinas, unas letrinas y unas duchas hechas con planchas de bidones. Es muy recomendable ducharse con bañador para evitar los curiosos. Los chicos de los poblados se ofrecerán a lavar la ropa en el río, el resultado mejor ni contarlo. El tiempo es muy cambiante y durante la primera noche nos cayó una tromba de agua que inundó la tienda de campaña.

En esta zona, cada día hay mercado en los diferentes poblados y nuestra cocinera se acercó a comprar un pollo para la cena. Nosotros seguimos ruta hasta el mercado de Dimeka, uno de los más importantes y coloristas de la zona.

Teníamos intención de ver algún ritual Hamer, en especial la ceremonia del salto de los bueyes “bull jumping”, y por eso, fuimos a Dimeka. En un bar iniciamos la negociación. Allí nos encontramos al fotógrafo italiano Gianni Barili y su equipo que estaban realizando un reportaje para una editorial. Como buenos italianos nos invitaron a queso de Parma, todo un manjar en estas latitudes. Conocedores de mi afición a la fotografía, ya que nos habían visto con la tribu de los Mursi, y por mi profesión de editor, nos invitaron a acompañarles a un ritual, pero conseguimos cerrar el trato para ir a la ceremonia que nos interesaba. A mi regreso a Barcelona, recibí un email con algunas de sus fotos, por cierto excepcionales.

Después de unas dos horas de trayecto, llegamos al lugar de la ceremonia, allí nos encontramos con otros turistas franceses y alemanes. Después del correspondiente tira y afloja por el precio (el famoso regateo) se inició la larga ceremonia, con la decoración corporal, música, danzas, azotes, hasta llegar al saltar los bueyes por el futuro esposo. Todo un espectáculo, que de improvisado no tenía nada, pero de espectacular para un occidental, todo.

A la mañana siguiente iniciamos la ruta hacía Yabelo, nos encontramos con los poblados de las tribus Arbore y más adelante los Borema que destacan por sus joyas hechas de aluminio.

Seguimos viaje y antes de llegar a Yabelo nos desviamos de la ruta y descendimos hasta el cauce seco de un río, donde empezamos a oír cantos. Eran los pastores Borema, que llevan sus rebaños a beber el agua que extraen de los pozos. Es impresionante el ritmo y los sonidos de los hombres que extraen el preciado líquido. Lamentablemente, en esta ocasión una imagen no vale más que 1000 sonidos.

Nuestro siguiente punto es el balneario de aguas termales de Wondo Genet, en estado algo decadente pero con jardines muy cuidados. Un buen lugar para recuperarse de los días en el sur de Etiopía. Al día siguiente llegamos a Adís Abeba, punto final de este viaje.

Es un viaje que recomiendo para grupos muy reducidos. Es seguro a pesar que algunas tribus te muestren sus vetustos kalashnikov. Deja que los acompañantes locales negocien antes de hacer fotos o filmar, pide permiso para fotografiar aunque luego tengas que pagar 1 birr, esto no da permiso para no respetar su intimidad. Si llevas una cámara digital, muestra las fotos. Con seguridad te ayudarán a obtener mejores imágenes. Sé amable y divertido, intenta hablar con ellos, juega con los niños, respeta sus costumbres, etc… Los conductores son muy expertos a pesar que los caminos en algunos casos son peligrosos por el estado en que se encuentran.

La costumbre de pagar por las fotos se debe a los turistas. Lamentablemente, les hemos enseñado a ganar dinero de forma fácil y esto en algunas tribus, como los Mursi y los Hamer está generando problemas de alcoholemia.

Por último, quiero dedicar esta miniguía a todos los niños y niñas de África por la sonrisa eterna de sus labios.

Niños etíopes

Comentarios »

No hay comentarios todavía. Sé el primero