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Las miniguías de Albert. Siria y Jordania II
4 de Febrero de 2011

Publicado por chiqui en Asia , trackback

Viene de Las miniguías de Albert. Siria y Jordania I

Seguiremos nuestra ruta por el barrio cristiano hasta llegar a la capilla de Anamías, uno de los primeros cristianos. En su muralla podemos visitar la capilla de San Pablo (Bab Kisan), lugar donde los discípulos del santo le ayudaron a escapar de los judíos dentro de una cesta de mimbre.

Seguiremos nuestro viaje dirección a Palmira uno de los yacimientos arqueológicos más espectaculares del mundo. Desde Damasco se tarda unas 3 horas por buenas carreteras, y a mitad de camino encontraremos a mano derecha la carretera que nos lleva a Irak.

La mayoría de las ruinas datan del siglo II d.C, las gran columnata, el arco monumental, los templos, el teatro, el ágora, demuestran el esplendor de esta ciudad que el Emperador Adriano visitó en el año 129 y la declaró ciudad libre. Fue punto de enlace de la antigua Ruta de la Seda entre Asia y Europa y prosperó gracias al comercio que se generaba.

Poco hay que decir, solamente pasear por este inmenso museo al aire libre. Es muy recomendable visitarla a última hora de la tarde. El Templo de Bel es el edificio mejor conservado y sus dimensiones hacen de este lugar de culto al dios Bel un sitio espectacular.

A pocos kilómetros se encuentra el valle de las tumbas. Son una serie de torres cuadradas de varios pisos utilizadas como cámaras fúnebres que se las conoce como torres de Yemliko. Domina todo el valle el castillo Qala’at Ibn Maan, un buen lugar para contemplar las ruinas de Palmira especialmente al atardecer. En Palmira además se puede visitar el Museo arqueológico.

Nuestra ruta sigue dirección Alepo por la ruta del río Éufrates, donde encontraremos el gran palacio de la Muralla Oriental (Qasr al-Heir al Sharqi). Fue construido en el siglo VIII d.C por el califato de los Omeyas y servía de control de las rutas del desierto hacia Mesopotamia. Antes de llegar al rio Eufrates y al lago de Assad nos encontraremos con la antigua ciudad amurallada de Rasafa, posiblemente fue habitada por los asirios, y posteriomente lugar de culto de San Sergio.

La ruta más habitual para llegar a Alepo es la que nos llevará por el desierto hasta Homs y luego hasta el castillo del Crac de los Caballeros (Qala’at Al-Hosn) Este imponente castillo está muy bien conservado y fue un un bastión indespugnable de los cruzados hasta que en el año 1271 lo abandonaron bajo un salvoconducto del sultán mameluco Baybars que lo ocupó con sus tropas. Si es la hora del almuerzo os recomiendo el restaurante al-Qalaa que se encuentra en la colina siguiente a pocos metros del acueducto. Tiene excelentes vistas del Crac y la comida es excelente y abundante. Cerca podemos visitar el Monasterio de San Jorge pero tiene poco interés.

La ciudad de Hama es famosa por sus norias de madera que desde hace siglos extraen agua del río Orontes y la suben a la red de canales para suministro de la ciudad y para el regadio de los campos. Las más espectaculares se encuentran a un kilómetro de la ciudad (Las cuatro norias de Bechriyyat).

Seguimos nuestro viaje en dirección al yacimiento arqueológico de Apamea. Fundada a principios del siglo III a.C fue un importante centro de comercio y era famosa por sus caballos. Fue visitada por Cleopatra y Marco Antonio en su viaje de regreso de la campaña contra los armenios en el río Éufrates.

Es un recinto que no está cerrado por lo que se puede visitar en cualquier momento del día. El lugar es espléndido y vale la pena recorrer los restos arqueológicos sin prisa.

Alepo es la segunda ciudad más importante de Siria. Es enormemente acogedora y posee gran riqueza cultural. Nuestra visita la podemos inciar en la Bab Antakya (puerta de Antioquía), puerta oeste de la antigua ciudad y del bullicioso zoco cubierto. En esta zona hay numerosos caravasar, el al-Tutun Sughayyer, el al-Tutun Kebir, el al-Jumruk, o al-Sabun entre otros muchos de interés.

Además de la Gran Mezquita, solamente el alminar ha sobrevidido a las numerosas destrucciones del edificio, no obstante, hay otras como la de al-Kamiliyya, la de al-Qaigan, la de al-Kamiliyya o la de al-Adliyya interesantes de conocer

El zoco domina gran parte de la ciudad antigua, tiene un carácter especial y se puede encontrar desde el tradicional jabón de aceite de oliva hasta joyerías, y como no, los famosos pistachos. Vale la pena perderse por este enjambre de callejuelas, en el que, con toda seguridad, cada uno descubrirá rincones únicos.

También en esta zona se pueden encontrar algunos hammam (casa de baños), el al-Nahaseen o el Na’eem.

Otro lugar de interés para visitar es la ciudadela situada sobre un montículo, en el extremo del zoco, que domina la ciudad y fue su baluarte defensivo. Las primeras fortificaciones fueron realizadas entre el 364 y 333 a.C.

El barrio armenio Al-Jdeida es muy agradable para alojarse. Hay numerosos hoteles con encanto. Yo os recomiendo el Hotel Yasmeen d’Alep un antiguo palacio restaurado que está situado en un estrecho callejón sin salida.

En toda esta zona hay numerosas tiendas y restaurantes, especialmente alrededor de la plaza al-Hatab. Es una muy buena zona para ir a cenar. Os recomiendo el Beit Sissi y probar el Kebab con cerezas o el Cantara, aunque el servicio de este último no sea muy recomendable.

En toda esta zona hay numerosas puntos de interés como casas históricas Beit Ghazzali o Beit Ashiqbash (Museo de tradiciones populares) que son alguna de ellas, pero lo mejor de todo es pasear por sus estrechas calles y descubrir rincones increibles.

A las afueras de Alepo podemos visitar la basílica bizantina en ruinas de San Simeón, un lugar es muy interesante. En el centro del templo queda parte de la columna en la que vivió encaramado hasta su muerte este hombre pío.

Al sur de Alepo se encuentran las Ciudades Muertas, una serie de poblaciones “fantasma” diseminadas. Destacan Jerada, Ruweiha, Serjilla o Al-Bara.

Antes de llegar a Damasco visitaremos el bello pueblo de Maalula, es principalmente católico ortodoxo griego y es de los últimos lugares que aún se habla el arameo, la lengua de Jesucristo. Hay que caminar por la brecha de Santa Tecla y visitar el Monaterio de San Sergio con una excelente colección de iconos y rasgos del templo pagano que había en el lugar como el agujero en el altar principal. Es emocionante escuchar el padrenuestro en arameo.

Podemos ir a Jordania via aerea con Royal Jordanian o por carretera, si decidimos tomar esta opción hay que visitar Bosra. Tiene uno de los teatros romanos mejor conservados. Fue capital navatea en el siglo I a.C, y posteriormente de la provincia romana de Arabia.

Continuará…

Comentarios »

1. albertferre.com » Las miniguías de Albert. Siria y Jordania III - Febrero 18, 2011

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