Las miniguías de Albert. Perú I 19 de Octubre de 2007
Publicado por Albert en América , trackback
Después de un largo viaje con escala en Atlanta (EE. UU.) llegamos a Lima, que estaba celebrando (julio de 2001) la toma de posesión del Presidente Alejandro Toledo.
Fundada en 1535 por Francisco de Pizarro, la capital de Perú tiene en la actualidad una población de unos 8 millones de habitantes. Está situada en el centro del árido litoral peruano del Océano Pacífico. El clima es bastante desapacible ya que la ciudad queda cubierta gran parte del año por una fina bruma gris que tapa el sol (garúa).
En el centro de la ciudad se encuentra la Plaza de Armas con el Palacio de Gobierno, el monumento de Francisco de Pizarro (ahora reubicada), la Municipalidad y la Catedral. Es una zona por la que hay que pasear, aunque no es muy segura por lo que hay que tomar más medidas de las habituales para evitar robos. Cerca se encuentra el Santuario de Santa Rosa de Lima, el Monasterio de San Francisco y el río Rimac. Además de la zona centro hay que visitar el Museo de la Nación, el Museo del Oro de Perú y el Museo Rafael Larco Herrera.
También merecen una visita los barrios costeros de Miraflores y Barranco con sus centros comerciales y numerosos restaurantes. Si apetece, desde Lima se puede tomar un autobús “Cruz del Sur” con dirección a Nazca. La duración del viaje es de unas 6 horas y media. Allí, hay que tomar una avioneta para sobrevolar las enigmáticas líneas de Nazca situadas en pleno desierto y cerca de la carretera Panamericana.
Ya de regreso a Lima iniciamos la ruta por el interior del país. En avión volamos hasta Arequipa (2.325 m.) donde hacía algo más de un mes que había habido un terremoto de 8,0 grados en la escala de Richter pero casi no pudimos observar los desperfectos ocasionados en la ciudad.
En Arequipa está el colorido Convento ciudadela de Santa Catalina junto con la plaza de Armas y la iglesia de la Compañía de Jesús exponente del arte barroco mestizo y barroco churrigueresco español, junto con los multicolores frescos de la cúpula de San Ignacio llamada la “Capilla Sixtina de América”. También hay unas cuantas casas coloniales de gran belleza (Casa Tristán del Pozo, Casa Iriberry, o la Casa del Moral). Si hay tiempo se ha de ir a los barrios típicos de Cayma y Yanahuara con su mirador e iglesia.
A la mañana siguiente iniciamos la ruta hacia el valle del Colca. La carretera va ascendiendo, pasa entre los volcanes Chachani y Misti y continúa a través del Parque Nacional Salinas y la Aguada Blanca. La ruta recorre el desolado altiplano a elevándose de 3.850 a 4.800 metros. En ruta se pasa por los pintorescos pueblos de Callalli, Sibayo y por los baños termales de la Calera. Es habitual divisar grupos de vicuñas, alpacas, llamas, y aunque más difícil, algún guanaco. La altura puede ser un problema por el mal de montaña, por lo que os recomiendo tomar mate de coca.
Los habitantes del Colca son conocidos por su indumentaria. Los vestidos y chaquetas de las mujeres están repletos de bordados y sus sombreros son muy característicos. Un buen alojamiento en la zona es el Colca Lodge.
Al día siguiente nos levantamos muy temprano para dirigirnos al mirador de la Cruz del Cóndor, el mejor lugar para contemplar la inmensidad del Cañon del Colca y el vuelo majestuoso de los cóndores. seguro que no estaréis solos ya que todos los viajeros se acercan a este lugar. De regreso a Arequipa se pueden hacer una parada en los pintorescos pueblos de Pinchillo, Achoma, Yanque, Chivay o Patapampa.
Ya descansados, nos trasladamos a la estación de tren de Arequipa para iniciar un largo viaje de 11 horas por el altiplano hasta llegar a Puno a orillas del lago Titicaca. Es un viaje muy pesado pero lo recomiendo ya que es una experiencia única. Llevaros comida, agua, algún libro para leer o una baraja de cartas para pasar el tiempo.
Lo más sorprendente del viaje es la llegada a Juliaca. Era día de mercado y la gente tenía sus puestos de venta sobre las vías del tren. Afortunadamente, el paso lento del convoy les permitía sacar sus productos para vender.
Continuará…
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